jueves, 14 de abril de 2011

Ensayo


BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA



 FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES








Introducción
Analizar al mexicano, como sujeto de una cultura y de un determinado grupo social, no es una tarea sencilla, menos cuando quién lo está analizando tiene una fuerte carga de valores y de nacionalismo arraigado en una educación que exalta los valores de los héroes y de las figuras nacionales que nos han dado identidad. El mexicano, es una figura particular dentro del concepto universal de globalización, su imagen y su figura conceptual ha sido en muchos países malinterpretada, sobre todo de una manera que esta fuera del contexto del verdadero mexicano.
El mexicano representa en el exterior una imagen negativa de la Nación, somos considerados como unos malos ciudadanos, como sujetos que aún vivimos dentro de un primitivismo latinoamericano; se nos ve como individuos que viven dentro de una atmosfera de violencia y pobreza, situación que no se puede negar y que la realidad demuestra y las cifras acerca de nuestro país, que constantemente son publicadas por organismos nacionales e internacionales no se pueden ocultar y lo único que hacen es validar la situación actual que vive el país.
El estereotipo del mexicano es muy particular, ya que se nos ve exteriormente, por naciones europeas principalmente, como individuos que aun viven en la inopia, con una pobreza intelectual y de vanguardia, que llegan a adorar santos y que celebran a la muerte cada año, como seres que están arraigados en una religión que no los deja avanzar como sociedad, una religión que para muchos mexicanos ha sido la causa de nuestro atraso, ya que tendemos a ser sujetos que no progresan por la idea de la “humildad” y la “bondad” de la religión; en nuestra historia hemos pasado por transiciones muy radicales y de fondo, desde una cultura destruida y aplastada, hasta etapas muy fuertes para el desarrollo político y social de nuestro país, esto forjo al mexicano con determinadas características y con una especie de paternalismo ante las situaciones acontecidas en nuestro país. Al mexicano se nos ve de una manera folklórica, se le ve como un sujeto que está siempre en un atraso económico y cultural, por ello se le representa debajo de un cactus, con un jorongo y un sombrero en la cabeza, esa es la imagen que se trata de dar del mexicano, una imagen segregada de la realidad y con un toque de racismo tanto a la cultura mexicana como a la identidad étnica que tenemos.
Es pues, el mexicano un individuo que representa en su figura y en su simple concepción de la sociedad como una persona que en la idea abstracta es un sujeto arraigado en su cultura y con poca posibilidad de avance y desarrollo en un mundo globalizado y donde convergen todo tipo de puntos de vista.
A continuación se desarrollara el concepto de lo que es el mexicano, retomaremos a diversos autores nacionales, los cuales nos han analizado desde un punto de vista filosófico y con una visión del mexicano como un ser que debe de cambiar para poder progresar y para tener un avance en su forma de vida. Retomaremos y analizaremos a cada uno de estos autores, intentando aportar nuevas ideas a sus teorías e ideas.





















Del mexicano y sus mascaras
En el “Laberinto de la Soledad”, Octavio Paz nos habla del mexicano, de lo qué es y de lo qué no puede ser, de sus sueños y de sus frustraciones, de sus miedos y de su “valentía” transformada en machismo. El mexicano muestra un sentimiento de inferioridad arraigado en sus pensamientos y comprobados en sus acciones, es este sentimiento de inferioridad lo que lo hace que lleve sus distintas máscaras para que nadie se dé cuenta de la inferioridad que trae por dentro, pero que se le nota en su exterior.
Octavio Paz nos habla del pachuco, habla del pachuco como: “no quiere volver a su origen mexicano; tampoco desea fundirse a la vida norteamericana […]” (Paz, 2004). El pachuco solo es una pequeña muestra de lo que es el “mexicano” en el exterior, es una máscara más en donde se quiere ocultar de sus iguales y en donde trata de comportarse de una manera diferente a la del mexicano.
El mexicano es un sujeto que se encuentra solo, solo con su pensamiento y solo con sus actos, solo con un mundo que no comprende al mexicano y que el mismo mexicano no llega a entender. Paz nos habla de este laberinto de la soledad, laberinto en el cual el mexicano se encuentra y confluye, un laberinto del cual no puede salir, porque al estar adentro se siente protegido de un mundo que lo va a segregar y lo va a hacer inferior en todos los aspectos.
Paz nos habla del mexicano y como  se encierra dentro de su propia mascara:
“Viejo o adolescente, criollo o mestizo, general, obrero o licenciado, el mexicano se me aparece como un ser que se encierra y se preserva: máscara el rostro y máscara la sonrisa. Plantado en su arisca soledad, espinoso y cortés a un tiempo, todo le sirve para defenderse: el silencio y la palabra, la cortesía y el desprecio, la ironía y la resignación […] Su lenguaje está lleno de reticencias, de figuras y alusiones, de puntos suspensivos; en su silencio hay repliegues, matices, nubarrones, arco iris súbitos, amenazas indescifrables” (Paz, 2004, pág. 32)
Para Octavio Paz este es el mexicano que trata de huir de la realidad, que busca esconderse en la máscara del “macho”, porque solo así se siente superior a los demás y porque solo así siente que tiene el control de la situación ante determinado evento. Ve al mexicano como un ser mentiroso, que tiene la necesidad de mentir para legitimar sus acciones y para que lo volteen a ver, su necesidad es tal, que incluso se miente a el mismo, esto con el fin de sentirse superior a los demás y poder sentirse bien con las acciones que él mismo realiza.
La mujer mexicana es vista como un ser inferior, debido a que ella es la que se abre, y al momento de “abrirse” está mostrando su lado más débil, se debilita ella misma como mujer y como mexicana, porque está actuando de una manera diferente a la común, la mujer mexicana en el momento en que se “abre” se raja y adquiere por ende un papel subordinado al hombre en la sociedad. La mujer es uno de los principales elementos de nuestra cultura, porque somos sumamente matriarcales y estamos criados en este ambiente de la madre y sus acciones.
El mexicano que se esconde en sus máscaras debe ser el mexicano que se debe de evitar, ya que solo demuestra el lado falso de el mismo; también debemos de ir suprimiendo la mentira del mexicano, que llega siempre al toque de drama y un cierto grado de diplomacia, la mentira mexicana se vuelve en mentira oficial, que a lo largo del tiempo es igualmente aceptada por los mexicanos.
Los hijos de la Malinche
Un obrero es simplemente un esclavo de su trabajo y pierde la noción de que es  lo que hace, para quien lo hace  o para que, el obrero moderno carece de individualidad  sujeto al capitalismo. La actitud del mexicano es como un enigma y su solitaria personalidad, siempre se revela con ciertos detonadores que es cuando se quitan su máscara.
La indudable analogía que se observa entre ciertas de nuestras actitudes y las de grupos de poder sometidos al poder de un amo, una casta o de un estado extraño, podrían resolverse con esta afirmación: el carácter de los mexicanos es un producto de las circunstancias sociales imperantes en nuestro país; la historia de México contiene  todas las respuestas a todas las preguntas. La raíz de nuestra actitud cerrada e inestable  se encuentra durante el periodo colonial, es decir luchamos con entidades imaginarias, vestigios del pasado o fantasmas engendrados por nosotros mismos y estos son reales para nosotros, el mexicano tiene miedo al ser y todo esto puede reducirse a una frase: el mexicano no quiere o no se atreve a ser él mismo. Pero nosotros mismos somos los únicos que podemos respondernos a todos esos enigmas y nadie más.
Aquí se descifra el grito que cada 15 de septiembre el mexicano suele a gritar desde lo más profundo de su pecho: “viva México, hijos de la chingada”, este grito es una expresión de la voluntad del mexicano de vivir cerrados al exterior, si, pero sobretodo cerrados, al pasado: en este grito condenamos nuestro origen y renegamos de nuestro hibridismo.  Teniendo a la Malinche, como la chingada. La extraña permanencia de de cortes y de la Malinche en la sensibilidad y en la imaginación de los mexicanos actuales revela que son algo más que figuras históricas: son símbolos de un conflicto secreto, que aun no hemos resuelto.
 Los mexicanos y la mexicanidad se definen como ruptura y negación. Y, asimismo, como búsqueda como voluntad de trascender ese estado de exilio, como viva consciencia de la soledad, histórica y personal.
Todos santos, día de muertos
El solitario mexicano ama las fiestas, llamado el arte de la fiesta, nuestro calendario está repleto de éstas, ya sean religiosas o con algún motivo que nos recuerde un suceso histórico, sobre todo las fiestas de la iglesia, ya que se les festeja a la gran cantidad de santos que hay, incluso aunque no se tenga dinero, el poco que se junta se ocupa en las fiestas patronales.
Para el pobre mexicano las fiestas son su único lujo y la noche de fiesta se olvida de todo, sale su otra cara, una desinhibida. La Fiesta, como una ceremonia, es una ocasión donde se hace un desgaste, un derroche, un gasto ya sea de energía o económico pero su ganancia puede ser mayor, atreves de la fiesta la sociedad se libera de las normas que se ha impuesto, en pocas palabras, la fiesta es un momento de liberación para el mexicano, un instante en el que se olvida de sus problemas.
La muerte es un elemento importante de nuestra vida, al memento de morir se refleja nuestra forma de vivir. La vida, colectiva o individual, está abierta a la perspectiva de una muerte que es, a su modo, una nueva vida. La vida solo se justifica y trasciende cuando se realiza en la muerte.
Se tiene  a la muerte como una meta, un fin principal, algo que siempre se debe tener presente, tan importante como considerarlo la culminación de una vida mala o buena. A comparación de otras culturas el mexicano no le teme a la muerte,  de hecho se burla y la toma con ironía.
Nuestra indiferencia ante la muerte refleja nuestra indiferencia ante la vida. Vida y muerte se complementan, el no prestarle interés a una, hace que la otra carezca de significado.
Ante la muerte, como ante la vida, nos alzamos de hombros y le oponemos un silencio, la fiesta revela que el equilibrio del que hacemos gala solo es una máscara, todas estas actitudes indican que el mexicano siente, la presencia de una mancha original e imborrable, todos nuestros gestos tienden a ocultar esa llaga, lista a encenderse y arder.
Ahora según se ha visto, el mexicano, no trasciende su soledad, sino que, se encierra en ella.  
El mexicano y su proceso histórico
 “El hombre nace libre, pero en todos lados esta encadenado”, excelentes palabras del ginebrino Rousseau, y bastante adecuadas a nuestra sociedad, la sociedad mexicana, que ah nacido libre, pero que sea donde sea que se encuentre, esta encadenada, impedida de extender las alas y alcanzar la grandeza de la que es merecedora. Atada por su inseguridad disfrazada de machismo, por su baja autoestima, disimulada con una enorme sonrisa que guarda dentro de sí todo aquello que no le deja ser, pero que no es capaz de mostrar, por el temor a ser juzgado, criticado por el extranjero que pasa por su pueblo, o no tan lejos por el vecino que sin se encuentra en las mismas circunstancias.
Octavio Paz en los capítulos de la conquista y la colonia así como en los de de la independencia a la revolución, aborda la historia de nuestra nación a lo largo esos periodos, haciendo hincapié en el hecho de que nuestra cultura, no nos pertenece del todo, pues tenemos una cultura europea impuesta precisamente mediante una conquista, y expone la idea de una cultura encimada por darle un nombre, pues cree que sobre el rostro de dioses prehispánicos está el de Jesucristo ”El catolicismo que también es una religión superpuesta a un fondo religioso original y siempre viviente”(Paz, 2008, p. 232) , en fin, que no hay una cultura propiamente mexicana, lo que considero una total aberración, puesto que a los ojos del mundo y de los mexicanos que aprecian el arte en todas sus expresiones, la cultura mexicana, es una cultura mestiza, combinando a la perfección rasgos indígenas, españoles, negro, etc., que le dan esa magia y misticismo único.
 Por otra parte en lo relativo al Porfiriato, me parece que se quedo  bastante corto de miras; escribe el señor Paz que en el Porfiriato no hubo nada, ni desarrollo, no progreso, ni orden, sino que más bien, es un bastante burdo intento del régimen antiguo, es decir de la colonia, dijo al respecto: “La dictadura de Porfirio Díaz es el regreso del pasado […] el porfirismo, es el heredero del feudalismo colonial.” (Paz, 2208, p.273, 274), pero no reconocer a Díaz la gran labor que realizó- claro con su lado oscuro como todo- seria como no reconocer que Hitler saco de su depresión a Alemania, o como decir que Estados Unidos no es una superpotencia, tomando éste último ejemplo, pues es la clara idea del Porfiriato, utilizar al máximo los recursos, logrando el desarrollo del país.
Si bien, por un lado Octavio Paz, logro mostrar al mexicano en carne viva, en esta parte de su obra, creo q ha cometido un error, pues considera muchos de los aciertos mexicanos como los mas absolutos errores; dice de sor Juana: “Si no era mujer de ciencia, tampoco era un espíritu filosófico”(Paz, 2008, p. 255)  creando con esto, más que otra cosa, mantener al pueblo con la cabeza gacha, pues no estimula para nada las ganas de superación del mexicano.
Dejando de lado la magna obra “El Laberinto de la Soledad”, aunque con ciertas ideas expuestas en ella, considero importante recalcar que muchas veces más que el extranjero, es el propio paisano el que impide el desarrollo, pues solo bastara con recordar el dicho de:” al clavo que sobresale le toca el martillazo”, pues cuantas ocasiones se puede observar a aquel interesado en la lectura, se le excluye, pues es tachado de aburrido, etc., al que cumple con sus deberes de nerd, al que entrega las cosas a tiempo de matado, en fin, con tristeza se observa que el mexicano en este caso es el lobo del mexicano, y que hasta que no logremos romper con aquellas ideas en extremo materialistas que otra cosa, de que lo bueno es consumir alcohol, cigarrillos, salir de antro, cuanto más seguido mejor, y cuanto menos estudio mejor status, nuestra sociedad no podrá salir del agujero, y mucho menos podrá desprenderse de aquel concepto generalista del mexicano, flojo, desobligado y tonto, que no sabe hacer más que embriagarse y festejar.
Samuel Ramos y el mexicano
Creo en la salvación de México porque
Nuestra raza no carece ni de inteligencia
Ni de vitalidad, lo único que le falta es aprender.                                                  Samuel Ramos
Siguiendo la línea de este ensayo sobre críticas al estereotipo del mexicano, podemos sustentar esta crítica en que somos una cultura derivada y no una cultura original. Los acontecimiento históricos que todos conocemos del México colonial generaron que la mayor parte de la cultura propia se erradicara y que se adoptaran los vicios y virtudes de los españoles; también es preciso hacer mención de la influencia que recibió México de la cultura y tradición francesa en el siglo XIX en nuestro país. Es por ello que nuestra cultura ha sido objeto de serias críticas al culparla por su falta de originalidad.
México se ha alimentado, durante toda su existencia, de una cultura europea, y ha sentido tal interés y aprecio por su valor, que al hacerse independiente en el siglo XIX la minoría más ilustrada, en su empeño de hacerse culta a la europea, se aproxima al descasamiento. (Ramos, 2008, p. 20)
Es por ello que gran parte de todo este estereotipo proveniente del exterior que se ha formado alrededor del mexicano, es el resultado de un proceso de autodenigración comenzado siglos atrás. “No se puede negar que el interés por la cultura extranjera ha tenido para muchos mexicanos el sentido de una fuga espiritual de su propia tierra” (Ramos, 2008, p. 21). De aquí inicia una reflexión muy importante hecha por Ramos, acerca de la cultura mexicana ya que parte de la imitación principalmente de la cultura europea, ya que al haber sido conquistada por los españoles, se cree española, sin embargo, hay quienes no están de acuerdo en esta idea; lo cierto es que al compararse o imitar una cultura, el mexicano cae en lo que conocemos como sentimiento de inferioridad.
     Una inferioridad que no solo se presenta ante una cultura europea que durante mucho tiempo estuvo de moda, hoy día tenemos este sentimiento hacia nuestra potencia económica vecina, aunado a esta con el problema de racismo que ellos manifiestan hacía los migrantes mexicanos. Es un conjunto de vínculos que se van creando y que desafortunadamente, no ha sido muy halagador para los mexicanos. Es por eso que consideramos que nuestra cultura si tiene características propias, que si bien somos el resultado de un mestizaje, de la misma forma en que nació nuestra raza, de esa forma una nueva cultura se engendró y esta cultura es capaz de superar los retos del presente y los estereotipos que de ésta se tenga fuera de territorio mexicano.
¿A Que se debe este vicio de imitar que muestra el mexicano a lo largo de su historia? Ramos responde: se debe a un complejo o sentimiento de inferioridad que surge cuando nos comparamos o medimos con una escala de valor inapropiada cuando queremos ponernos a la altura de un nivel que por nuestras características históricas, no nos corresponde; si el mexicano- dice Ramos- tiene la idea deprimente de su valía, es porque se ha fijado en valores de comparación que, como es natural, cambian de magnitud, de acuerdo con el punto de referencia que se adopte, así, el sentimiento de inferioridad aparece en el ser del mexicano en virtud de un error de óptica. (Escobar, 2009, p. 248)
Sabemos que el sentimiento de inferioridad provoca un desequilibrio entre lo que se quiere y lo que se puede, es por ello que Samuel Ramos insta a tomar una cultura de sentimiento de seguridad para adaptarlo a nuestras circunstancias y de ahí partir para tener una vida y una cultura más preparada y de esta forma se puedan eliminar los prejuicios que la mexicano se le han atribuido. Adquirir el sentimiento de seguridad es posible, ya que el ser humano es libre
Esta misma idea de la inferioridad es la que lleva a Ramos a desarrollar su ensayo “Psicoanálisis del mexicano” en el cual hace una clasificación del mexicano, respecto a su comportamiento.
·                    El pelado: Es un individuo que lleva su alma al descubierto sin que nada esconda sus más íntimos resortes, ostenta en su ser los más elementales impulsos. Pertenece a la categoría más ínfima de la sociedad, en la jerarquía económica es menos que un proletariado y en la intelectualidad un primitivo.
·                    El mexicano de la ciudad: Es un ser desconfiado, es lo menos idealista posible y solo se interesa por lo fines inmediatos, además padece de sentimiento de inferioridad.
·                    El burgués mexicano: Pertenece al grupo más inteligente y cultivado de la sociedad, necesita convencerse que los otros son inferiores a él. Es indiferente a los intereses de la colectividad y su acción es siempre en sentido individualista. (Escobar, 2009, pp. 250-251)
Tal como lo menciona Ramos es importante aceptar y conocer nuestros defectos, para poder así emerger del abismo en el que estamos y cambiar la forma de nuestra cultura para que,  se pueda cambiar la visión del mexicano del exterior. Es importante citar al Ramos en esta meta que tenemos como mexicanos. “No queremos ni una vida sin cultura, ni una cultura sin vida, sino una cultura viviente”
¿Qué es el mexicano? Visión de Leopoldo Zea
El mexicano se encuentra en constante búsqueda de su ser, y a pesar de contar con características que lo hacen ser algún tipo de persona y estar sujeto a algo que le brinda una identidad como mexicano, que lo diferencia de otros grupos y naciones no sabe que es ese algo y es a partir de la incertidumbre desatada que el ser del mexicano se ha ido perfilando.
Al mexicano se le atribuyen, como rasgos característicos, el sentimiento de inferioridad, resentimiento, insuficiencia, hipocresía y cinismo, todos estos adjetivos dados gracias a la falta de algo en el mexicano.
El sentimiento de inferioridad surge a partir de la ausencia de ese algo que,  pudiéndose tener, no se tiene por razones que no quiere hacer explicitas. El resentimiento hace de ese algo faltante lo negativo e innecesario. La insuficiencia lleva al mexicano a la hipocresía y al cinismo así como a las oscilaciones entre su ocultamiento y su exhibición.
Se dice que el ser del mexicano se encuentra fragmentado y, para formarse como individuo, debe elegir partes de su ser. Al realizar esto, se siente incompleto, por lo que busca complementarse tomando lo que hacen otros hombres y lo realizado en otras culturas y no precisamente buscando en su ser.
Es en ese momento cuando surge el afán de la imitación. La sensación de carencia se desata la necesidad de estar a la vanguardia, de seguir la moda; sin embargo, esta no ayuda a llenar su vacio, sino todo lo contrario, lo lleva a seguir esto formando un ciclo que parece no tener fin.

Su ser siempre se encuentra en juego ya que a cada momento está decidiendo sobre él, donde la pena que siente cada mexicano por su persona se ve atacada y sentida llegando a sentirse insegura. Es por ello que no quiere actuar, prefiere posponer todo para el día de mañana, teniendo esperanza en su futuro absteniéndose de actuar en el presente para evitar la insuficiencia de sus acciones.
El mañana del mexicano está ligado al presente a través del concepto de la gana. Gracias a la gana, el mexicano tiene la justificación a su evasión e irresponsabilidad. Con ella quiere librarse de la responsabilidad de elegir, ya que no quiere hacerse cargo de lo que seleccionó y de lo que no fue seleccionado.
Al evadir su responsabilidad individual, lo hace de manera colectiva, es decir, trata de olvidar que sus actos lo comprometen no solamente a él sino a los demás.
Al elegir y no responder a sus elecciones y al aceptar el futuro por no responder al pasado genera un sentir trunco, cortado y dividido.

Leopoldo Zea reflexionó sobre la autonomía cultural de los pueblos latinoamericanos, autonomía que lleva a la distinción y la distinción como un medio necesario para el reconocimiento en un contexto global. Al final de lo que se trata es de reconocer la humanidad del mexicano o del latinoamericano en el contexto mundial.

En sus libros parte desde la circunstancia mexicana y latinoamericana cuya historia ha sido condicionada por la preponderancia o supuesta superioridad cultural y filosófica que presumen pueblos occidentales. El factor de imitación juega un papel muy importante en este aspecto tratamos de seguir una supuesta superioridad y el vacio que este genera  nos lleva  nuevamente a este círculo vicioso.

Lo primero que propone Leopoldo Zea es cuestionar la supuesta superioridad cultural y filosófica de Occidente para concluir que nadie puede ostentar el título de lo humano por excelencia. En este sentido, la cultura y
Filosofía latinoamericana merecen ser reconocidas y valoradas sin más
En otro de sus libros propone que para llegar al nivel de cooperación y aceptación mundial se requiere una adecuada percepción de lo que es la ética, expone ejemplos de cómo en siglos pasados la aceptación era frecuente en especial en ámbitos de cultura y sobre todo intelectual.
Algunos de los conceptos clave que permitirían delinear una ética tomando
Como base la obra de Leopoldo Zea, son los siguientes: emancipación, liberación, Antiimperialismo, Derecho a la diferencia, Igualdad en la diferencia, integración, Tolerancia y solidaridad.
Roger Bartra y el mexicano
Respecto con Michael Maccoby “El carácter nacional mexicano”, quien menciona que los tres impulsos subyacentes pueden permanecer ocultos tras racionalizaciones que permiten al individuo creer que sólo responde a presiones sociales, ala “realidad” o que su conducta ejemplifica un ideal ennoblecedor: “la investigación psicoanalítica de los mexicanos revela una fijación profunda inconsciente a la madre, una necesidad de su amor y una capacidad alimentadora, que mutilan la independencia individual”.
Es entonces donde los ideales sociales y el carácter mexicano chocan en cierta forma, ¿por qué?, porque de acuerdo con los ideales, explícitamente con el ideal del machismo, como es de obvias razones, el mexicano entra en un estado de conflicto emocional y psicológico dónde, también de cierta forma, su conducta se ve afectada, éste es u ejemplo de los factores que pueden interrelacionarse con la conducta y el carácter del mexicano, los cuales son componentes de la identidad mexicana. Es importante subrayar que en tanto factores tales, pueden ser socioeconómicos, históricos, culturales, políticos, entre otros dan la diferencia que existe en los prejuicios sobre la verdadera identidad del mexicano y los ideales que identifican o son de manera más característicos de este.
Otro factor que he encatrado relevante  es la inferioridad que le damos nosotros mismos como mexicanos a nuestros antecesores: los indígenas, clasificándolos como ignorantes, incivilizados, “nacos”, entre otros adjetivos absurdos, puesto sin conocer exactamente estos términos se critica al indígena de una manera aberrante, y éste acto procede de nuestra misma “raza”. Entonces, pues, como pedir a los extranjeros que se nos respete cuando se está insultando en nuestra propia casa.

JUICIOS AL ESTEREOTIPO DEL MEXICANO
El mexicano adolescente de identidad propia. Es interesante analizar la manera en cómo nos perciben como mexicanos fuera de nuestro país, que si bien o es imaginarse al típico borrachito tirado en el suelo con su botella y un nopal a un lado o también utilizar la palabra flojera como sinónimo de éste. Curiosamente de repente a cualquier conductor de televisión le resulta fácil emitir juicios de éste grado al tratar de describir las características de un coche mexicano o el coche “tortilla”.
Sin embargo existen algunas otras cosas que pensamos nosotros nos identifican también y no de una manera tan despectiva, por nombrar algunas, ¿quién no piensa en mariachis y en la rica comida que también viene a ser símbolo de lo que hay en éste país?, agregando también que somos un país con enorme y rica biodiversidad, ya que la ubicación con la que contamos con relación al ecuador, nadie más la tiene, lo cual también nos  hace únicos.
Por otra parte, debemos darnos cuenta que en sí, esto no es lo que se estás juzgando, que somos ricos en climas variados  y hermosos paisajes, eso no está en cuestión, aquí lo que resulta preocupante es el juicio a nuestras capacidades y valores como mexicanos lo que se está colocando en evidencia, pero para poder  entender qué es lo que se nos critica, debemos saber ¿qué es eso que somos que todo el mundo crítica? Y mejor aún ¿cómo hemos llegado a ser así?, ¿qué nos ha influenciado?
El premio nobel de literatura, Don Octavio Paz, mediante su obra “El laberinto de la soledad”, por la cual le otorgarían el premio antes mencionado, hace un recuento de lo que a su juicio ha venido a integrar- como él la llama- “inteligencia mexicana”, colocándola entre comillas al no poder hacerla realmente propia, ya que dicha inteligencia ha sido influenciada durante décadas y si bien podemos decir siglos, por corrientes o filosofías que no son realmente nuestras, ante las cuales han surgido como movimientos como forma de revelarnos o de acuerdo con Paz, en búsqueda de lo que realmente somos, llamémosle lucha de independencia o revolución mexicana.
Ésta constante búsqueda de algo que realmente nos identifique o el hecho de no estar de acuerdo con lo que se impone, se ha venido a convertir en una forma de auto percibirnos, si bien nos podríamos decir, entonces somos contreras. Para lo cual pienso yo no debemos de sentirnos avergonzados, por el único hecho de que, lo que se está buscando es autenticidad. Sin embargo la pregunta es ¿hasta cuándo seguiremos emprendiendo esta búsqueda que a luz de todo el mundo -a mi parecer- nos hace ver como individuos perdidos y sin pertenencia, vulnerables a que cualquier persona venga y nos juzgue y no de una manera constructiva?
En el capítulo de Nuestros días, Paz nuevamente remembra hechos históricos y muy en especial a la revolución mexicana, tratando de llevarnos hasta lo que en nuestros días, como bien dice el título del capítulo, acontece. Totalmente de acuerdo con él, nos dice que existen “nuevos hechos y que contradicen tan radicalmente las previsiones de la teoría exigen nuevos instrumentos. O, por lo menos, afilar y aguzar los que poseemos” (Paz, 2008, pág. 337), ya que las corrientes que  contribuyeron a la formación de nuestra cultura eran provenientes de Europa, agregando que cuando tuvieron su auge o que resultaron las más acercadas a la realidad o que mejor funcionarían, se dieron en otras épocas y en otro lugar.
Por lo cual lo más conveniente es, como bien dice Don Octavio Paz, enfrentarnos a nuestras realidades a nuestros problemas que son muy diferentes en cuanto a tiempo y espacio geográfico, al lugar en donde se dieron origen a las teorías. Es necesario hacer frente a la realidad con responsabilidad, en lugar de continuar huyendo de lo que no nos parece, no hay fórmulas secretas que nos puedan indicar la manera de resolver los problemas y situaciones que hoy nos aquejan, quizás éste sea el primer paso para encontrar el significado y valor a lo que realmente somos y también puede ser la manera de cambiar la auto percepción de los mexicanos. No podemos hacer que los demás cambien su forma de pensar acerca de nosotros, pero lo que si podemos hacer es que en base a un análisis de nosotros mismos y de manera individual, podamos llevar a cabo acciones que nos ayuden, pues para obtener grandes cambios, se empieza por uno  y poco a poco ir sumando voluntades, del granito de tierra que aporte cada persona podemos construir montañas. Y con ello el esfuerzo se verá reflejado con la construcción de la sociedad que todos esperamos. Con compromiso y responsabilidad, podemos llevarlo a cabo, por el México que todos queremos, la unión hace la fuerza, pues más que  quejarse y criticar se requiere de participar.
Anexo
1.    Objetivo: Presentar la percepción que se tiene del mexicano fuera del país. Así como identificar las razones de los prejuicios hacia el mexicano.
2.    Retos: Analizar el estereotipo del mexicano de una manera objetiva.
3.    Soluciones: exhortar a la reflexión sobre la autopercepción del mexicano.
4.    Propuestas: elaborar un proyecto que fomente acciones para contribuir a la mejora de la imagen del mexicano.

Bibliografía

Escobar, G. (2009), Filosofía; una reflexión sobre la naturaleza, la sociedad y el ser humano, quinta reimpresión, México: Grupo Editorial Patria

Paz, O. (2008). El laberinto de la soledad, (14ª ed.). Madrid: Ediciones Cátedra

Ramos, S. (2008) El Perfil del Hombre y la Cultura en México,  México: COLECCIÓN AUSTRAL
Paz, O. (2004). El laberinto de la soledad. México: FCE.
Zea L. (1978). Dos ensayos sobre México y lo Mexicano. México: Porrúa.
Zea L. (1943). El positivísimo en México. México: el colegio de México
Zea L. (1953). El occidente y la conciencia en México. México: Porrúa









jueves, 31 de marzo de 2011

De la "Inteligencia mexicana y nuestros días"

Los mexicanos ni tan mexicanos. Deteniendonos a hacer una reflexion sobre lo que realmente somos y apoyandome de la lectura de Ocatavio Paz, respecto a la "Inteligencia mexicana",  nos damos cuenta ue como algo propio o identidad, no lo tenemos bien definido, ya que no se puede identificar de ninguna manera, a menos que todos estemos de acuerdo en que un borracho con sombrero tirado en el suelo y con su botella en la mano es lo que nos identifica.

Sin embargo es interesante preguntarnos ¿por qué es ésta imagen la que se tiene de nosotros? o reconsiderando la pregunta ¿qué imagen es la que tienen fuera de nuestro país, acerca de nosotros como mexicanos? ¿cómo es que a cualquier personaje en un programa de televisión, se le hace fácil hacer críticas tan severas, o que de cierta manera resultan ofensivas para nosotros?

Éstas son preguntas que me vienen a la mente al tratar de hablar sobre la identidad de nosotros los mexicanos. Octavio Paz mediante un análisis a hechos históricos trata de explicarnos sobre lo que ha contribuido a la formación de la inteligencia nacional, y nos dice, que no hay algo propio, pues somos una combinación de todo, lo que en su momento han tratado de implatarnos. Argumenta también que " La mexicanidad es una manera de no ser nosotros mismos"  una constante búsqueda entre ser y vivir otra cosa.

Entendiendo por esto que nuestras ideas, no son totalmente nuestras, pues son herencias. Expresa que el mexicano es un hombre que no acaba de ser y que no se conoce a sí mismo y que por consecuencia tanto la conquista como la revolución es una constante búsqueda de una forma que nos exprese y de nosotros mismos.

De ésta manera podemos comprendernos o al menos tratar de entendernos, la pregunta es ¿hasta cuándo?, estamos de acuerdo en que se nos siga viendo como lo hacen ayá afuera?, ¿nos hemos ganado esta percepción que tienen de nosotros al escuchar la palabra mexicano? y sinceramente ¿nuestras acciones podrían decir lo contrario a lo que se opina normalmente sobre el mexicano?, que como nosotros no hay ningún otro, estoy totalmente de acuerdo, que no tenemos por que intentar ser cómo otros también lo estoy, el punto es ser auténticos y explotarlo, pero ¿por que no explotar todo lo bueno en lugar de todo lo malo? por que estoy segura que tanto tú como yo sabemos que somos grandiosos que somos únicos, que somos trabajadores, pero que no se quede sólo en el hecho de saberlo hay que hacerlo, facta non verba. Si queremos un cambio , pero un cambio verdadero hay que empezar por uno mismo, no intentar cambiar a lo demás y lo que desees que realmente te gustaría hicieran contigo hacerlo con los demás, si quieres que te ayuden, ayuda a ayudar, si quieres que te escuchen, escucha, ojala y esto lo pusieran en práctica quienes gobiernan, y pudieran percibir que a quienes se llevan entre las patas es a todos, que más ayá de todo lo que puedan saquear y obtener, están dejando por los suelos y lo que se están jugando es la identidad y dignidad de todos los mexicanos, en todos los aspectos.







lunes, 7 de marzo de 2011

El laberinto de la soledad.

Octavio Paz en los capítulos de la conquista y la colonia así como en los de de la independencia a la revolución, aborda la historia de nuestra nación a lo largo esos periodos, pero a mi parecer, en especial en lo que escribió a cerca del porfiriato, me parece bastante corto de miras; escribe el señor Paz que en el porfiriato no hubo nada, ni desarrollo, no progreso, ni orden, sino que mas bien, es un bastante burdo intento del régimen antiguo, es decir de la colonia.

Dice que en la colonia- aunque para nada comprendida y mas bien superpuesta- la religión marco una unión, que desapareció con Don Porfirito, y sin en cambio enaltece a La Reforma, como lo único "hecho en México" (y como dicen,  lo hecho en México esta bien hecho), pero sera a caso que  Juarez se lo saco todo de la manga, lo dudo.

En fin, a lo que voy es que no reconocer a Díaz la gran labor que realizó- claro con su lado oscuro como todo- seria como no reconocer que Hitler saco del hoyo a Alemania, o como decir que Estados Unidos no es una superpotencia,- ¿por qué este ejemplo? sencillo, los vecinos del norte claro que han logrado ser lo que son por tener a una burguesía inteligentemente abusiva que como en el porfiriato, paga barato a sus obreros (latinos en su mayoría) y vende caro-.

En conclusión, es una realidad que para alcanzar un fin se deben realizar sacrificios, y bueno, Díaz al igual que muchos grandes visionarios lo sabia, e hizo lo que debía hacer para sacar al país del hoyo, y en realidad no me parece valido que se enaltezca tanto a un indio oaxaqueño que en realidad creo mas conflictos de los que solucionó haciendo creer que era el defensor de la democracia, de la libertad de todo aquello con que se le pinta, "El respeto al derecho ajeno es la paz, famosa su frase", pero cuantas veces paso por alto el respeto a voluntad popular y siguió en el mando presidencial, ¿de qué respeto hablaba don Benito?, como se dice aquí: Sabrá Dios. Y por otro lado, otro oaxaqueño haya sufrido el escarnio por perpetuarse en el poder, pero con misión y metas claras de desarrollo.Orden y Progreso, fue eslogan y la realidad del porfiriato.

COMO MÉXICO NO HAY DOS

"Por una serie de razones de orden histórico, geográfico o psicológico, México es u país que vive prácticamente aislado del mundo, volcado hacia su propio interior, y es siempre con orgullo que el mexicano, paradominar un viejo completo de inferioridad, trata de afirmar su superioridad nacional.
Cualquier ciudadano con el que nos encontremoes y que nos identifique en nosotros a un extranjero no se interesará por sabe cómo es nuestro país, sino que inmediatamente nos preguntará: "¿Qué le parece México?", y quedará con los ojos brillando de expectativa hasta que respondemos, como es justo, que su país es bello y atrayente. La pregunta siguiente estará destinada a saber si consideramos que México es más bonito que nuestro propio país, y sólo una persona sin piedad no le responderá aquello que está queriendo oir: que como México no hay otro, que México es único en el mundo".
Arnoldo Pedroso D'Horta

periodista brasileño

lunes, 28 de febrero de 2011

Anatomía del mexicano... Roger Bartra

De acuerdo a algunos ensayos leídos, y contenidos en la obra de Roger Bartra, puedo destacar algunas ideas sobre la identidad del mexicano, por ejemplo con el ensayo Psicología mexicana de Rogelio Díaz Guerrero, se hace presente la conducta del mexicano y la identidad que lo estereotipa de acuerdo con la familia, su núcleo de desarrollo no sólo como persona, sino especialmente mexicano. O el carácter esencial de un mexicano. Así como también La identidad nacional ante el espejo de Carlos Mosiváis.

Es necesario preguntarnos en la actualidad ¿Qué nos hace sentir mexicanos? ¿Cuál es nuestra identidad como mexicanos? esto pues, nos da el inicio de nuestro ser, de nuestra vida, no sólo históricamente.

A lo largo del camino que ha tenido México, podemos encontrar batallas, revoluciones, conquistas, arquitectura, personajes, política, crisis, un montón de acontecimientos que son de gran relevancia dentro de nuestra historia, sin embargo a mi parecer no sólo eso nos hace mexicanos, también esta nuestro léxico, nuestros valores, nuestra forma de convivir, nuestra riqueza en naturaleza, una moneda con gran valor, una bandera bellísima, con gran significado, un himno que hace vibrar, todo eso y más nos hace mexicanos; pero no  todo es "fresas y chocolates" también tenemos cosas malas, y hemos tenido hechos de cierta forma erróneos, y hasta hemos adoptado ideologías, costumbres, por no decir más, extranjeras, que han distorsionado de cierta forma nuestra identidad mexicana.

A través del ensayo a trabajar durante el semestre se busca clarificar la identidad como mexicano, la identidad como parte de una sociedad con cultura mexicana, desde un punto de vista siglo XXI, joven con visión de progreso, eliminando el estereotipo "típico machista-con valor otorgado de ser supremo", o fanático del futbol soccer, portando un sombrero puntiagudo con una playera verde, sin llegar a extremos, simplificaremos éste -es mejor, por ahora, no entrar en detalles-.

Porque ¡MEXICANO, YO SOY!


Wendoline Téllez.

LLUVIA DE IDEAS TEMA: CRITICAS AL ESTEREOTIPO DEL MEXICANO

Samuel Ramos fue un gran filósofo mexicano que vivió en el siglo XX. Su pensamiento o critica se basa en un sentimiento de inferioridad que tiene el mexicano hacia su cultura, ya que al venir de la cultura europea se siente europeo tratando de imitar este comportamiento, desafortunadamente al no lograrlo se frustra.
De igual forma, Ramos hace una clasificación del mexicano la cual esta conformada por tres apartados:
*mexicano pelado
*ciudadano mexicano
*burgués mexicano
Cada uno de ellos tiene el sentimiento de inferioridad uno del otro; sin embargo lo que Samuel Ramos plantea es muy interesante. Ya que él pide cambiar la inferioridad por seguridad; puesto que está consiente que la sociedad mexicana es muy capaz e inteligente lo que le hace falta es aprender.

"No queremos una cultura sin vida, ni una vida sin cultura sino una cultura viviente"    Samuel Ramos